Los Zerg abandonaron el caluroso y ya sin vida planeta Zerus y se dirigieron a Aiur a gran velocidad no sin antes arrasar cualquier planeta que hubiera en el camino. Mientras progresaban lentamente hacia Aiur los Zerg continuaban mejorando el enjambre asimilando solo aquellas razas poderosas y que les aportaran algo y el resto simplemente eran aniquiladas.
Mientras avanzaban, la Supermente enviaba exploradores que buscaban nuevos mundos que asolar. Todo eran victorias, pero la Supermente se sentía cada vez más preocupada. Se había dado cuenta de que los Protoss eran una raza con fuertes poderes psiónicos, capaces de teleportarse y hacer realidad cuanto desearan. Su miedo crecía mientras buscaba entre todas las cadenas que había absorbido al ver que no había ninguna respuesta al tremendo poder Protoss.
Al borde de la desesperación, la Supermente hizo el descubrimiento que daría un vuelco a la historia. Uno de sus exploradores había descubierto en las profundidades del espacio una raza con gran fuerza vital y que ocupaba varios mundos bajo la sombra de los Protoss. Esa nueva raza, llamada Humanidad, estaba muy lejos de tener un poder psiónico tan formidable como el Protoss. Pero la Supermente también se dio cuenta de que ese bajo nivel de desarrollo de la Humanidad les hacía incapaces de defenderse de la voracidad Zerg. Aunque tenían corta vida y parecían una especie muy frágil, la Supermente sabía que serían la clave en su batalla final contra los Protoss. Asimilando una raza con el poder psiónico de la Humanidad, los Zerg serían capaces de combatir a los Protoss con sus propias armas.
Con gran determinación, los enjambres Zerg cambiaron su rumbo hacia los dominios Humanos. Les esperaba un largo camino de 60 años, pero finalmente el enorme enjambre Zerg llegó a las proximidades del sector Humano Koprulu. Diferentes avanzadillas Zerg analizaron los mundos Humanos y enviaron información sobre los 12 planetas Humanos de la zona. El primer planeta elegido para la invasión fue Chau Sara, cuya superficie fue diseminada con pequeñas Colmenas, mientras la Supermente preparaba su plan para la esclavización de los Humanos. Las Colmenas gradualmente fueron infectando la superficie con sus toxinas y drenando toda la vida de la corteza del planeta. Los colonos humanos no tenían ni idea de que los Zerg estaban infectando hasta las entrañas del planeta. Mientras las tropas Zerg iban construyendo sus horribles estructuras alrededor de las Colmenas. Con la infección de Chau Sara ya avanzada, la Supermente decidió continuar con los planetas cercanos y pronto las colonias de Mar Sara, Brontes y Dylar IV también fueran infectadas, mientras sus habitantes hacían bueno el dicho de la ignorancia es felicidad.
Con lo que no contaba la Supermente es con la aparición desde el frío vacío del espacio, de una poderosa flota de naves de combate Protoss que emergieron en la zona para acabar con la invasión. La Supermente en seguida quiso saber que podía haber hecho que los Protoss decidieran evitar la infección. Cesó momentáneamente sus ataques mientras los Protoss arrasaban Chau Sara. Parecía que los Protoss sabían que la infección ya era incontrolable y que la única opción para acabar con ella y evitar más expansión era arrasarla totalmente.
La Supermente estaba encantada al ver una acción tan rápida y decisiva, estaba maravillada de como los Protoss podían lograr esa destrucción con total limpieza y con esa fuerza a la vez. La Supermente sabía que el conflicto que se avecinaba sería el mayor desafío de su existencia y por eso se tomó su tiempo para disfrutarlo, retiró la mayor parte de sus fuerzas y se dispuso a ver como los Protoss y la Humanidad iban a reaccionar.
Mientras avanzaban, la Supermente enviaba exploradores que buscaban nuevos mundos que asolar. Todo eran victorias, pero la Supermente se sentía cada vez más preocupada. Se había dado cuenta de que los Protoss eran una raza con fuertes poderes psiónicos, capaces de teleportarse y hacer realidad cuanto desearan. Su miedo crecía mientras buscaba entre todas las cadenas que había absorbido al ver que no había ninguna respuesta al tremendo poder Protoss.
Al borde de la desesperación, la Supermente hizo el descubrimiento que daría un vuelco a la historia. Uno de sus exploradores había descubierto en las profundidades del espacio una raza con gran fuerza vital y que ocupaba varios mundos bajo la sombra de los Protoss. Esa nueva raza, llamada Humanidad, estaba muy lejos de tener un poder psiónico tan formidable como el Protoss. Pero la Supermente también se dio cuenta de que ese bajo nivel de desarrollo de la Humanidad les hacía incapaces de defenderse de la voracidad Zerg. Aunque tenían corta vida y parecían una especie muy frágil, la Supermente sabía que serían la clave en su batalla final contra los Protoss. Asimilando una raza con el poder psiónico de la Humanidad, los Zerg serían capaces de combatir a los Protoss con sus propias armas.
Con gran determinación, los enjambres Zerg cambiaron su rumbo hacia los dominios Humanos. Les esperaba un largo camino de 60 años, pero finalmente el enorme enjambre Zerg llegó a las proximidades del sector Humano Koprulu. Diferentes avanzadillas Zerg analizaron los mundos Humanos y enviaron información sobre los 12 planetas Humanos de la zona. El primer planeta elegido para la invasión fue Chau Sara, cuya superficie fue diseminada con pequeñas Colmenas, mientras la Supermente preparaba su plan para la esclavización de los Humanos. Las Colmenas gradualmente fueron infectando la superficie con sus toxinas y drenando toda la vida de la corteza del planeta. Los colonos humanos no tenían ni idea de que los Zerg estaban infectando hasta las entrañas del planeta. Mientras las tropas Zerg iban construyendo sus horribles estructuras alrededor de las Colmenas. Con la infección de Chau Sara ya avanzada, la Supermente decidió continuar con los planetas cercanos y pronto las colonias de Mar Sara, Brontes y Dylar IV también fueran infectadas, mientras sus habitantes hacían bueno el dicho de la ignorancia es felicidad.
Con lo que no contaba la Supermente es con la aparición desde el frío vacío del espacio, de una poderosa flota de naves de combate Protoss que emergieron en la zona para acabar con la invasión. La Supermente en seguida quiso saber que podía haber hecho que los Protoss decidieran evitar la infección. Cesó momentáneamente sus ataques mientras los Protoss arrasaban Chau Sara. Parecía que los Protoss sabían que la infección ya era incontrolable y que la única opción para acabar con ella y evitar más expansión era arrasarla totalmente.
La Supermente estaba encantada al ver una acción tan rápida y decisiva, estaba maravillada de como los Protoss podían lograr esa destrucción con total limpieza y con esa fuerza a la vez. La Supermente sabía que el conflicto que se avecinaba sería el mayor desafío de su existencia y por eso se tomó su tiempo para disfrutarlo, retiró la mayor parte de sus fuerzas y se dispuso a ver como los Protoss y la Humanidad iban a reaccionar.
Fin
Pues este es el final de la historia de los Zerg, los bichos más asquerosos y también más voraces. Lo más inquietante es que sean movidos por una sola conciencia, los Xel'Naga estaban más tarados de lo que parecía XD
Posiblemente continuaré con la historia posterior a estos hechos que sucede durante el juego, aunque me tomaré mi tiempo (más todavía :P). Espero que os hayan gustado las historias y perdonad que haya tardado tanto ^^
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