martes, agosto 09, 2005

Zerg: La caída de los Xel'Naga

El orgullo que les provocó su éxito fue fatal para los Xel'Naga. La Supermente, mientras lentamente se expandía por el vacío del espacio, se dió cuenta de que las enormes naves Xel'Naga patrullaban los cielos de Zerus. Los Xel'Naga, que mantenían su vigilancia sobre la Supermente, se horrorizaron al ver que la Supermente había cortado sus lazos psíquicos, consiguiendo así esconderse de ellos. El instinto expansivo de la Supermente la llevó a enviar a sus tropas directamente contra los Xel'Naga, que no sospechaban recibir tal plaga. La antigua raza se defendió como pudo, mientras millones de Zerg llegaban en continuas olas. Los esfuerzos de los Xel'Naga fueron en vano: los Zerg destruían lentamente los cascos de sus enormes naves y no paraban de llegar en masa, eliminando las fuertes defensas de los Xel'Naga.
Mientras gran parte de los Xel'Naga eran consumidos por los enjambres Zerg, la Supermente tomaba conciencia de los conocimientos de sus creadores. La supermente procesó miles de Xel'Naga y los absorbió, haciendo que su poder y su sabiduría crecieran mucho más de lo que nunca podría haber imaginado. Aprendió los secretos de los cristales Khaydarin y empezó a incorporar sus energías en ella misma. Adquiriendo conocimientos avanzados en genética y fisiología de los Xel'Naga, la Supermente pudo incrementar los niveles de conciencia de los seres más poderosos de su raza, mientras seguía manteniendo el control sobre ellos.
Buscando entre la memoria de los Xel'Naga, la Supermente pudo ver todas las razas que habían sido influenciadas o diseñadas por ellos. Los Xel'Naga habían guardado un historial genético de cada raza, lo que llevó a la Supermente a conocer todos los puntos débiles y fuertes de cada raza.
Pero los más importante para la Supermente fue el descubrimiento de una raza superior, que vivía en un rincón de la galaxia y no era otra que los Protoss. La Supermente entendió en seguida que Protoss y Zerg se verían envueltos en un conflicto inevitable y a todas luces apocalíptico.

Próximo capítulo: El determinante.

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