Si alguien creía que la Santa Inquisición y el Holocausto nazi, que hicieron estragos en la humanidad, eran el límite de la crueldad humana, no estaba preparado para el plan que preparaba la UPL: el Proyecto purificación.
Fue una cruzada genocida, la solución final de la UPL para limpiar la humanidad de su degeneración. Las tropas de la UPL rastrearon país por país, acorralaron y eliminaron a disidentes del régimen, hackers, manipulados genéticamente, manipulados cibernéticamente, tecno-piratas y criminales. Finalmente la gran matanza selectiva alcanzó la horrible cifra de 400 millones de personas. Los medios de comunicación, evidentemente estaban fuertemente controlados por la UPL y minimizaron las consecuencias del proyecto, evitando que la población se diera cuenta de las atrocidades que se estaban cometiendo.
Aunque este plan de purificación era importante para la UPL, no menos importante era continuar con la investigación científica. La tecnología comenzó a avanzar en sectores claves y se recuperaron campos de investigación abandonados durantes años. Los planes de exploración espacial, abandonados en el siglo XX por EEUU y Rúsia por culpa de la crisis económica de los 70 y el permanente boicot de ciertos grupos políticos que no paraban de pedir la reducción de sus presupuestos, se transformaron ahora en la base de una nueva era para la humanidad. La unión entre la hibernación criogénica y la teleportación consiguieron lo que parecía imposible: los viajes por el espacio. En 40 años, la UPL había fundado colonias en las lunas colonizables de la mayoría de planetas del Sistema Solar.
Durante esos años, un joven y brillante científico llamado Doran Routhe maquinó un plan para consolidar su poder en la UPL. El proyecto purificación le parecía algo vulgar y nunca se involucró en él. Su máxima obsesión era la colonización de nuevos planetas fuera del Sistema Solar. Routhe estaba convencido que el descubrimiento de nuevos minerales y fuentes de energía lo convertirían en el hombre más influyente y poderoso de La Tierra. Gracias a sus contactos políticos y su gran fortuna, consiguió quedarse con miles de presos de la UPL para usarlos como conejillos de indias en sus siniestros planes.
Los prisioneros estaban destinados a la ejecución en el Proyecto Purificación, así que nadie lamentaría su desaparición. Transportaron a los presos a los laboratorios privados de Routhe donde se elaboraba minuciosamente un gran experimento: preparar a los más de 56.000 presos para una larga hibernación criogénica y poderlos enviar los más lejos posible para colonizar nuevos mundos.
Se catalogaron las mutaciones e implantes de los presos y se introdujeron todos los datos en un revolucionario supercomputador creado por Routhe. El sistema, conocido como Atlas, era capaz de procesar toda la información genética y predecir con bajo margen de error si un preso sobreviviría a la criogenización y posterior viaje. 40.000 fueron declarados aptos para resistir a las rigurosas condiciones que tendrían que soportar. Nadie sabe que sucedió con el resto. Se prepararon 4 naves de transporte enormes, capaces de viajar fuera de los dominios Terran sin la necesidad de pilotos humanos gracias al sistema Atlas. Cargadas con suficientes alimentos, energía y tecnología para establecerse una vez llegados a su destino, se criogenizó finalmente a los presos y fueron enviados a un planeta conocido como Gantris IV. Todo salió bien, Routhe estaba eufórico, aunque lo que él no sabía es que estaba enviando a la mayoría de presos a una muerte más que segura.
Próximo capítulo: Los exiliados y el profundo sueño.
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