Después de abandonar a los Protoss en Aiur, los enigmáticos Xel'Naga viajaron a miles de años luz hacia el centro de la galaxia. Finalmente llegaron a un planeta volcánico, inestable y cubierto de cenizas, Zerus. Los Xel'Naga planeaban continuar su gran experimento de la evolución, aunque esta vez olvidaron sus dogmas acerca del poder físico y se concentraron en conseguir una auténtica pureza de la esencia. Desde sus enormes naves en la órbita de Zerus, los Xel'Naga empezaron una vez más a desafiar el destino.
Esta vez los Xel'Naga, tuvieron mucho mas éxito del que hubieran podido imaginar.
Trabajaron en la evolución de las formas de vida más insignificantes de Zerus y de ahí salió una raza de forma insectoide que llamaron Zerg. Gracias a los experimentos protogenéticos de los Xel'Naga, los Zerg eran capaces de resistir las terribles tormentas de fuego y lava que asolaban el planeta y además crecieron. Aunque al principio su forma elemental era la de pequeñas larvas sin ninguna habilidad de manipular su entorno, los Zerg consiguieron adaptarse y sobrevivir. Desarollaron la habilidad parasitaria de introducirse en el cuerpo de otras especies menos vulnerables al meido. Alimentándose de los fluidos de las espinas dorsales de sus huéspedes, poco a poco aprendieron a unirse con ellos y controlarlos. Consiguieron controlar su metabolismo y acabaron asimilando sus cadenas genéticas. Eso les permitió comenzar a manipular su entorno. Los Zerg mutaron y se adaptaron al nuevo material genético que iban asimilando. Pero había algo que marcaba su tendencia hacia la evolución: de los cada vez más numerosos huéspedes que lograban controlar, solo se quedaban con aquellas especies más avanzadas evolutivamente.
Los Zerg tenían la habilidad innata de ser selectivos con aquellas especies a las que consumían y parasitaban, asegurándose de esa manera que siempre estarían en lo más alto de la cadena alimenticia.
Cualquier raza que los Zerg consideraran que no era digna de ser asimilada, era erradicada para purificar sus cadenas genéticas.
Los Xel'Naga no tardaron en darse cuenta de la peligrosidad de su creación. Cualquier raza asimilada por los Zerg ya era prácticamente irreconocible después de unas pocas generaciones de su infección. De alguna manera los Zerg habían desarrollado la habilidad de controlar los procesos evolutivos de sus huéspedes. Los huéspedes eran presa de los efectos de las graduales mutaciones físicas: aparición de enormes espinas muy resistentes, patas en forma de cuchilla afilada y caparazones y piels ultradensas. En un periodo de tiempo sorprendentemente corto, los Zerg se transformaron en una raza totalmente unficada y terriblemente voraz.
Siguiente capítulo: La supermente
Esta vez los Xel'Naga, tuvieron mucho mas éxito del que hubieran podido imaginar.
Trabajaron en la evolución de las formas de vida más insignificantes de Zerus y de ahí salió una raza de forma insectoide que llamaron Zerg. Gracias a los experimentos protogenéticos de los Xel'Naga, los Zerg eran capaces de resistir las terribles tormentas de fuego y lava que asolaban el planeta y además crecieron. Aunque al principio su forma elemental era la de pequeñas larvas sin ninguna habilidad de manipular su entorno, los Zerg consiguieron adaptarse y sobrevivir. Desarollaron la habilidad parasitaria de introducirse en el cuerpo de otras especies menos vulnerables al meido. Alimentándose de los fluidos de las espinas dorsales de sus huéspedes, poco a poco aprendieron a unirse con ellos y controlarlos. Consiguieron controlar su metabolismo y acabaron asimilando sus cadenas genéticas. Eso les permitió comenzar a manipular su entorno. Los Zerg mutaron y se adaptaron al nuevo material genético que iban asimilando. Pero había algo que marcaba su tendencia hacia la evolución: de los cada vez más numerosos huéspedes que lograban controlar, solo se quedaban con aquellas especies más avanzadas evolutivamente.
Los Zerg tenían la habilidad innata de ser selectivos con aquellas especies a las que consumían y parasitaban, asegurándose de esa manera que siempre estarían en lo más alto de la cadena alimenticia.
Cualquier raza que los Zerg consideraran que no era digna de ser asimilada, era erradicada para purificar sus cadenas genéticas.
Los Xel'Naga no tardaron en darse cuenta de la peligrosidad de su creación. Cualquier raza asimilada por los Zerg ya era prácticamente irreconocible después de unas pocas generaciones de su infección. De alguna manera los Zerg habían desarrollado la habilidad de controlar los procesos evolutivos de sus huéspedes. Los huéspedes eran presa de los efectos de las graduales mutaciones físicas: aparición de enormes espinas muy resistentes, patas en forma de cuchilla afilada y caparazones y piels ultradensas. En un periodo de tiempo sorprendentemente corto, los Zerg se transformaron en una raza totalmente unficada y terriblemente voraz.
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